Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con deslumbrante maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas magistrales en https://janiceshvj562778.blogunok.com/38737112/así-fue-el-impacto-del-cabezazo-de-zidane-en-el-mundial